Hoy
cuando he ido a visitar mi bandeja de arena como cada día y mientras
hacía cacas, he caído en la cuenta de la importancia que puede
llegar a tener este acto en la economía. Y es que estoy muy
impresionada y soy incapaz de entender cómo algo tan natural para
los humanos, como limpiarse el culo con un trozo de papel, puede
crear tal desbarajuste en la economía de un país. ¡Miau! ¡La que
se ha preparado en Venezuela!
Claro
que al escuchar más tarde a Cálido Néndez y Chouxo, pidiendo subir
las cotizaciones a la Seguridad Social, he tenido claro que no habían
hecho cacas y por eso no se les había ocurrido subir el precio del
papel del culo, para garantizar lo que llaman la “hucha de las
pensiones” de España.
La
UGT y CCOO sin ninguna duda, son los sindicatos del futuro, no hacen
cacas. Eso sí, como algún otro iluminado se le ocurra hacerles
caso, a los pobres y pocos trabajadores que quedan activos en España,
no les va ha quedar ni para comprar papel para limpiarse el culo.
Pero
como tenía mucho trabajo que hacer, no he querido entretenerme con
estos conceptos tan complicados de economía y me he marchado a mi
despacho. Hoy había quedado en reunirme por videoconferencia con mi
Becario.
A la
hora en punto, se ha conectado sin problemas y antes de entrar en
materia, me ha comunicado que buscase otra persona para ocupar su
puesto, porque él se iba a trabajar de cocinero al Palacio de
Buckinghan, porque a pesar de que la Reina Isabel sólo pagaba 27.000
€, iba a ser mucho mejor que no cobrar nada.
-¿Estás
seguro? -le he dicho-
-Y él
me ha contestado que sí. Totalmente. Y acto seguido deseándome lo
mejor se ha desconectado, dejando la pantalla con un punto negro en
el centro. Así de simple.
Mientras
tanto gritos y maullidos llegaban desde el comedor, lo que me ha
hecho dirigirme enseguida hacia allí. Y es que el cocinero,
siguiendo los consejos de la FAO, ha decidido ponernos bichos para
comer.
Nos
ha explicado que no solamente nos permitirá ajustar el presupuesto
del mes, sino que nos puede venir bien para dar ejemplo y
solidarizarnos con aquellos países que pasan hambre.
Otro
punto importante en el enjambre de la economía mundial: los bichos.
¡Miau! ¡Que no me digan que no son raros los humanos en sus
conceptos!
No he
hecho ningún comentario, me he marchado directamente a dormir la
siesta. Como hubiese dicho mi ama: un poco de ayuno no le hace daño
a nadie.
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