Hoy
es mañana, ¿y qué?. Nada de nada. Mientras daba un repaso a todos
los frentes que tengo abiertos, me he acordado de mi ama y de esas
cosas que siempre me dice... y ¡chas! Se me ha ocurrido una idea y
sin más dilación me he puesto patas a la obra.
Me he
puesto de rodillas junto a los pies de la cama, con los ojos cerrados
y he empezado a rezar:
“¡Santo
Apóstol San Judas!, ruega por mí, estoy sola, desamparada,
desesperada y sin ayuda...!”
Y de
pronto, tal y como sucede en las películas, un rayo de luz ha
atravesado la habitación iluminándolo todo y una voz ha dicho:
-¡Yessi,
por Dios! ¿Qué haces?
-¿San
Judas, eres tú? -le he respondido alucinada- ¡Miau! ¿Puede ser?
-
¡Pues claro que puede ser, soy yo! ¿Acaso no me estabas llamando?
-¡Miau!,
si... claro -he dicho muy bajito-
-Sólo
he venido para decirte que no puedo hacerme cargo de tus plegarias,
estoy desbordado de trabajo y ya no puedo con mas carga. -Y ha
seguido-. Así que tendrás que encomendarte a San Antón, que para
eso es el patrón de los animales.
-Pero...
¿tu no eres el Santo de los Imposibles? ¿El famoso San Judas Tadeo?
-le he respondido-
-Si,
Yessi, sí. Pero tienes que entender que no puedo con todos. Además
esta noche ha llegado uno nuevo, no se muy bien quien es, me tengo
que enterar pero se llama Miguel Lesa, acaba de entrar en la cárcel
y está muy pesado, no para de incordiarme, dice que es el
expresidente de Caja Madrid y que le han acusado de un posible fraude
financiero...
-Y
tengo un montón como él, Luís Cárcenas, la Pantoja y su ex y la
ex de su ex... y luego otro montón como Mariano Tajoy que está muy
desquiciado, implorándome cada día que le de una solución para
España, igual que Artur Menos, la Caspedal, el Ministro Tontoro,
Soraya Saiz de Santamanía... y un montón más. -replicó- Sin
contar con todos los funcionarios, los de la marea blanca, los
empleados de los bancos, los de la plataforma stop desahucios....
-Así,
que he decidido no coger ni un solo caso nuevo y los que vayan
llegando los derivaré a otros compañeros.
-Pero
no hay derecho -le dije- ¿cómo puedes dejarme tirada, después de
lo que has hecho con Ñaki Gangarín y con la Infanta Listina?
-¡Ah
no!. ¡De ninguna manera!. Yo no he tenido nada que ver con esos
casos, absolutamente nada -me contestó-. Ellos no me han
necesitado. Es una Infanta de España... la hija de los Reyes,
¿comprendes?
-Si,
si, ¡claro que comprendo!, no soy tonta -respondí-.
-Entonces
Yessi, -siguió- si quieres te doy número para San Antón. También
tiene mucho trabajo, pero bastante menos que yo ¡claro!. Aunque
parezca mentira, los animales sois mucho mas nobles, legales y
sinceros que los hombres.
-Sí,
San Judas, muchas gracias, te lo agradezco de verdad -le contesté-,
y acto seguido extendió un brazo y me dio un papel con el número
22.
-Querida
Yessi, espero de verdad que tengas mucha suerte. A continuación la
luz se apagó y la voz se silenció.
Y
así, junto a los pies de la cama me quedé sin saber por dónde
empezar... San Judas Tadeo se me había pulido y pasarían varios
días hasta que San Antón pueda atenderme... Si los políticos no
merecen la pena y los santos tampoco, a pesar de que la asignatura de
Religión contará para la media por primera vez desde la Logse...
mal, mal, pero que muy mal... ¡Miau!
Decidí
tomar un buen desayuno lo primero de todo, cuando terminé vi las
cosas de otra forma muy diferente. Conecté el ordenador y empecé
por contestarle al President.
Querido
Artur:
Como
ya sabes, por circunstancias de la vida, en estos momentos no puedo
desvelar a nadie mi paradero, por lo que te mando la información de
las coordenadas del GPS encriptadas, con el lugar donde nos
encontraremos, la fecha y la hora.
Es un buen restaurante donde
sirven unas croquetitas de pollo exquisitas, si a ti no te gustan,
tienen otros muchos manjares para escoger.
Espero
ansiosa ese momento. Siempre tuya,
Yessi.
Después
he intentado varias veces hablar con mi Becario, pero no estaba
disponible... así que como este día no prometía mucho, me he
marchado a pasear para ver si veía a otros gatos de los alrededores
y charlar un rato con ellos de cosas mundanas.
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