viernes, 8 de febrero de 2013

EN BUSCA DE UN TRABAJO DECENTE

Orión volvió a Barcelona y los días pasaban tranquilos.

Aunque mi ama no tardó mucho, en ponerse muy pesadita con el tema de que tenía que buscar un trabajo decente. Me dijo que no podía seguir sin hacer nada y con todos los gastos que se me iban a venir encima, por culpa de los líos en los que me había metido.

Yo tenía otra idea, como acudir a las televisiones a contar cosas y sacar pasta, como lo había hecho la ex de Julián Muñoz y Jesulín... Pero no coló, así que me puse a mirar anuncios en Internet, antes de que la cosa pasase a males mayores.

Buscando, buscando, encontré una oferta de trabajo que me llamó mucho la atención y cuyo texto decía así:

Asesora Tuppersex

Empresa dedicada a la venta de juguetes eróticos busca asesoras para promociones.

Requisitos valorados: solicitamos personas extrovertidas, alegres, de carácter abierto, con ganas de trabajar y tener ingresos extras, con edad entre 18 y 50 años.

...Miauuu!!!! ¡Esto si que podía ser divertido! ... Mandé el Currículum. a pesar de que a mi ama no le parecía un buen trabajo para mí y a los pocos días me llamaron a una entrevista. Me acicalé de cabeza a rabo y allí que fui.

El director comercial me hizo pasar a un despacho donde había una mesa con una completa exposición de todos los artículos. Yo me subí para examinarlos detenidamente, pues nunca había visto nada parecido.

Todos aquellos artilugios, me parecieron de los más curiosos. Y lo que me chocó fue aquel traje de Caperucita Roja tan extraño, con correas negras y cadenas. No me podía imaginar que los humanos fueran tan raros para estas cosas. Con lo fácil que es... Absorta en estos pensamientos... oí que me preguntaba, ¿Yessi qué experiencia tienes?

Soy un poco pu..., -dije-, bueno, se me escapó. Entonces -me contestó- siento decirte que no podrá ser, porque eso es demasiada experiencia, muchísima más de la que se necesita para el perfil del asesor. Lo siento. Muchas gracias por haber venido.

Mi ama, se enfadó muchísimo cuando se lo conté, ella que siempre me ha prohibido decir tacos...

¿Cómo se te ha ocurrido decir una palabrota en una entrevista de trabajo? -me dijo-

¿Qué podía decir? -le contesté-

-Pues... por ejemplo promiscua.

¿Promiscua?. Me di media vuelta y me fui a dormir. De pronto me sentí muy agotada. Ya hablaríamos en otro momento cuando se hubiese tranquilizado.

Al día siguiente, amaneció un bonito día y mi ama se encontraba de muy buen humor. Juntas tomamos el desayuno, al igual que siempre. Me dijo que algo tenía que cambiar en mi vida, que no podía seguir así. Pero... y ¿Qué podía hacer yo? Miauuu...!