domingo, 20 de octubre de 2013

Las luces y las sombras de un país.

Me picaban mucho los ojos, llevaba mas de dos horas escribiendo a oscuras, a la luz de las velas. Después del disgusto que me llevé al recibir la factura de la luz, decidí apagar todas las luces. Todas. Sólo estábamos el ordenador, la vela y yo.

Como diría el Papa Francisco una vergogna y como diría mi ama una vergüenza... Nos están crujiendo, no sólo la subida del IVA, del agua, el IBI, la gasolina, las basuras, todo... y la luz imparable desde hace tiempo.

Por si fuera poco, vino a verme Curro aullando como un lobo, es el gato del panadero de mi pueblo. Había recibido una carta de la ministra de trabajo, en la que le reclamaban por fraude fiscal la cantidad de 300€. Porque según decía la misiva, había realizado un trabajo que no declaró, mientras estaba cobrando una prestación por desempleo de 400€.

- Yessi, el alcalde me llamó porque su gata se había escapado con un gato de Monzalbarba, para que echara un vistazo a su casa y cazara los ratones que pudiese haber y me pagó 100€ -decía llorando sin parar-. Tenemos séis chiquillos, la hipoteca, y un montón de gastos mas y no podemos darles de comer sólo con la prestación...

- ¿Por qué es tan injusto todo, Yessi? ¿Por qué a nosotros, a unos pobres gatos? -continuó diciendo. ¿Y los demás, han devuelto lo que han defraudado?, los del caso Noos, los del caso Malaya, los de los ERE de Andalucía, los del caso Cárcenas.... Ellos no ¿verdad?


Curro me dejó sin palabras, tenía razón... es muy injusto... ¡Mia....!. No sabía que decirle... -¡Mierda! -le dije- ¡es una mierda!. ¡Eso es!.

No podía decirle otra cosa. Tampoco le dije que el gasto público en España no había dejado de crecer durante toda la crisis económica, desde los 413.000 millones en 2007 hasta rozar los 494.000 millones en 2012. Y que entre el PP y el PSOE nos han hecho pagar a las familias y empresas españolas, un extra de 50.948 millones de euros... y no se termina aquí, todavía nos queda el 2014...

Curro se marchó a su casa y yo recordé que al día siguiente tenía una cita muy importante. Había quedado con Pocoyó. Este pequeño y famoso personaje infantil, está inmerso en una emisión de obligaciones por valor de casi 8 millones de euros. Es decir no tiene un duro.

Como la ocasión lo merecía, cité a todos los inversores en el apartamento que tiene alquilado Ñaqui Gangarín en el lujoso complejo de viviendas Apartamentos Victoria, de la Avenida de Pedralbes en Barcelona. Iba a ser una operación por todo lo alto de la que yo me llevaría una sustanciosa comisión por mis servicios de captación de capital, después de descontar mis gastos de representación y el alquiler de 1000€ semanales.

Por miedo a la presión mediática, no se presentó nadie. Pocoyó se puso a llorar a moco tendido y el marido de la Infanta Listina no paraba de repetir que como él sólo había venido obligado por sus problemas legales y al no ver claro el negocio, se marchaba rápidamente a Ginebra... ¡Sin duda alguna, todo un éxito!. Decidí tomarme el resto del día libre y marcharme a ver el mar... a lo mejor se me ocurría alguna fórmula para sacar pasta ya... ¡Miauuuuu!, me pasa como al pobre Pocoyó, estoy en las últimas.

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